La Policía realiza las indagaciones para determinar las causas y responsables de cometer los violentos hechos que enlutan a las familias hondureñas en diferentes sectores del país
San Pedro Sula.
El repunte de violencia que se dio el fin de semana dejó diez personas asesinadas en el país en menos de 48 horas.
La estela de muertes inició la tarde del viernes en el sector de Las Limas, municipio de Alauca, El Paraíso, donde fue acribillado a balazos y luego quemado un agente penitenciario que fue identificado como José Luis Vallecillo Rodríguez, quien se transportaba en una motocicleta con dirección a su vivienda en compañía de su esposa, que resultó con heridas de bala en las extremidades inferiores.
Horas más tarde, la violencia se extendió a la ciudad de Catacamas, donde fueron asesinados a balazos cuatro hombres y dos resultaron heridos y trasladados a un centro asistencial en la ciudad de Juticalpa.
El múltiple crimen se registró a eso de las 10:00 pm del viernes, cuando las víctimas ingerían bebidas alcohólicas y de repente llegaron los criminales a bordo de motocicletas y les empezaron a disparar en reiteradas ocasiones.
Los fallecidos fueron identificados como Douglas Joel Lanza Pacheco, de 38 años, ganadero y residente de la colonia Palmira; Rutdian Otoniel Colindres, de 27 años, jornalero y residente del barrio 4 de Mayo; Elder Basilio Colindres, de 28 años, agricultor y residente de San Francisco de la Paz, y Luis Alexis Carrillo Colindres, de 43 años, jornalero y residente de San Francisco de la Paz.
En la misma ciudad de Catacamas, el sábado se registró otro sangriento hecho, donde dos personas fueron asesinadas por desconocidos cuando departían en un bar.
Uno de los fallecidos fue identificado como Mario Gabriel Medina Zelaya y el segundo no se dio a conocer su identidad debido a que no portaba documentos personales cuando las autoridades reconocieron y levantaron los cuerpos para trasladarlos a la morgue de Medicina Forense en la capital y practicarles la autopsia.
En horas de la mañana de ayer, dos hombres fueron asesinados con arma blanca y encontrados los cuerpos flotando en el río Guacerique, a inmediaciones de la colonia La Primavera de la capital.
Los cuerpos no fueron identificados porque no portaban documentos personales. Debido a los hechos violentos que se registraron en Catacamas, las autoridades municipales determinaron cerrar los expendios y las autoridades policiales decidieron aumentar el número de agentes para dar seguridad a la población.