La vida de Jafet Enrique García Hernández, un joven de tan solo 26 años, se extinguió trágicamente a la orilla del río Choluteca en Comayagüela.La muerte de este joven deja un vacío irreversible en sus familiares y amigos cercanos.Los seres queridos de García, convencidos de su desaparición, habían presentado una denuncia en Langue, Valle, su tierra natal, el pasado sábado 14 de septiembre, buscando apoyo en su incansable búsqueda.
La información más reciente que obtuvieron sobre su paradero señalaba que se había unido a una manifestación del partido Libertad y Refundación (Libre).No obstante, el lunes, el cuerpo del ferviente seguidor de Libre emergió de las aguas del río Choluteca. Más tarde, fue llevado a la morgue, donde su identidad fue revelada por un tatuaje que llevaba grabado el nombre de su madre: “Miriam”.
La madre de García compartió con un medio local: “Él me enseñó un tatuaje que se hizo y me dijo: ‘Llevaré tu nombre hasta el final de mis días, madre, Me lo dejaron solo”, indicó la madre.De acuerdo a los primeros informes, tras la aglomeración, García decidió saciar su sed con unos tragos. Sin embargo, su excesiva alegría lo llevó a perder de vista a su grupo, quienes, al notar su estado de embriaguez, optaron por dejarlo solo.
Al no tener un dominio pleno de Tegucigalpa y Comayagüela, se vio envuelto en la compañía de extraños, personas cuyas intenciones eran un misterio, capaces de llevarlo a un trágico desenlace o a un destino fatal.La Policía Nacional realiza una intensa investigación del acontecimiento, mientras la familia, con el corazón dolido, clama por justicia y pide insistentemente que no se cierre este capítulo sin respuestas.Con el fallecimiento de Jafet Enrique García, ya son dos los hondureños que han perdido la vida en el marco de este convulso escenario político.